Mucho han cambiado las cosas en poco tiempo, en cuanto a la normativa sobre el divorcio o la separación. Afortunadamente, hoy en día, es posible divorciarse cuando uno de los cónyuges muestra su deseo e intención de romper el vínculo matrimonial. En estos casos, no sirve de nada la oposición por parte del otro miembro de la pareja y sin que se dé la posibilidad de que el Juez pueda denegar la petición, a no ser que existan motivos procesales. Como abogados especializados en el divorcio exprés en Madrid queremos señalar que las alegaciones necesarias para argumentar el motivo del divorcio se han eliminado del ordenamiento jurídico.
¿Es necesario tener una causa para el divorcio?
La voluntad de cualquiera de los cónyuges para poner fin al matrimonio es suficiente para continuar con el proceso. Tampoco tendría sentido que dos personas estén unidas a la fuerza cuando, al menos, uno de ellos no quiere continuar así. A pesar de todo, para poder solicitar el divorcio deben darse algunos requisitos mínimos, por ejemplo, deberá haber trascurrido tres meses desde la celebración del enlace matrimonial. Requisito que no se tendrá en cuenta en casos extremos como la existencia de un riesgo para la vida, la integridad o la libertad de uno de los contrayentes.
La separación es un proceso previo en el que ambos miembros de la pareja deciden cesar la convivencia y la relación de manera temporal, pero sin decidirse a solicitar la disolución definitiva del matrimonio, lo que constituye el divorcio.
Desde Divorcio Express te contamos que, en los últimos años, se ha producido un incremento notable del número de parejas que solicita el divorcio en un primer momento. Cuentan con un porcentaje elevado, frente al 6,2% de las separaciones y el 0,1% de las nulidades.
Como ya hemos visto en entradas anteriores, la principal diferencia entre la separación y el divorcio es que la primera no supone la ruptura del vínculo matrimonial, lo que impide que alguno de los cónyuges pueda contraer nuevas nupcias con una tercera persona. Una sentencia de separación supone la suspensión de la vida marital o la vinculación sobre los bienes materiales del otro miembro de la pareja, pero sin romper el vínculo del matrimonio. Sin duda, la mejor opción es optar por un divorcio exprés o de mutuo acuerdo, agilizando los trámites y evitando sufrimientos innecesarios.