Por diversos motivos, cada vez hay más personas que recurren a los servicios de un abogado de divorcios en Toledo y en otras localidades. De hecho, según datos el Instituto Nacional de Estadística (INE), España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de divorcios.
En nuestro país la media es de 400.000 rupturas anuales o lo que es lo mismo: cinco cada minuto. Además, 150.000 niños se ven afectados al año por el divorcio de sus padres. De hecho, en España nueve de cada diez parejas que se separan tienen hijos menores. La Asociación Española de Abogados de Familia reclama una jurisdicción especializada en rupturas matrimoniales para que estas sean menos traumáticas tanto para los hijos como para los padres y madres. Solicitan además un Pacto de Estado sobre la familia que facilite conciliar la vida laboral y familiar.
En Abogados Divorcio Express te recordamos que, en los últimos quince años, los divorcios se han triplicado en nuestro país y las separaciones han caído un 91%. Son datos del CGPJ, Consejo General del Poder Judicial. El aumento del número de divorcios ha sido más notorio desde 2005, año en el que cambió la legislación permitiendo la disolución por divorcio directamente, sin fase previa de separación. De hecho, la ley marcó tal punto de inflexión que, el año previo a la entrada en vigor de dicha norma, había un 39 % de divorcios y un 61% de separaciones. Al año siguiente aumentaban un 91%.
En cuanto a la duración media de los matrimonio en España, esta es 16,3 años. En lo que respecta a cónyuges de sexo diferente, la tasa de divorcios más elevada se registra en hombres y mujeres de entre 40 y 49 años. En el caso de las mujeres la media de edad es de 44,2 años y en los hombres de 46,7.
Por qué se divorcian los españoles
Los psicólogos expertos en terapia de pareja reconocen que hay una serie de motivos que suelen repetirse cuando una pareja toma de decisión firme de romper su matrimonio. Uno de los más comunes, o al menos de los que más alegan los cónyuges, es la falta de comunicación. Otro es sentir que no se cumplen las expectativas, las esperanzas depositadas en el matrimonio. Por supuesto, también puede darse un cambio de prioridades.
