La mediación en los conflictos de familia no es una práctica que haya existido siempre ni que se esté llevando a cabo en todos los juzgados de España. Sin embargo, desde que el Consejo General del Poder Judicial la autorizara en mayo del 2008, muchas cortes han optado por derivar algunos de sus casos a la llamada Mediación Familiar. Con esta figura se pretende hacer ver a las partes implicadas en un conflicto de familia, que existe la posibilidad de abrir una vía de diálogo con la mediación de un juez. Hoy, basándonos en nuestra experiencia como abogados especialistas en divorcios, te contamos algunas ventajas de recurrir a la mediación cuando estamos ante conflictos familiares.
Objetivo de la mediación
Con la mediación se busca que las dos partes de un conflicto tengan la oportunidad de dialogar, siempre con la ayuda de una tercera persona (juez) que será la encargada de arrojar un poco de luz y de calmar los ánimos cuando se toquen los puntos más controvertidos del conflicto. El objetivo, obviamente, es encontrar un acuerdo favorable para las dos partes con las pautas que ofrece el mediador.
Se puede recurrir a esta figura en cualquier tipo de consultas que pertenezcan al ámbito del derecho de familia. Una vez se acepta acudir a la mediación, el procedimiento judicial abierto quedará suspendido hasta saber si las partes han conseguido llegar a un acuerdo o no, acuerdo que podrá ser total o parcial.
Es importante que las dos partes implicadas acudan a la primera sesión informativa de la mediación con sus abogados. Si se trata de una ruptura matrimonial, es aconsejable que cada uno de los miembros esté acompañado de sus respectivos abogados especialistas en divorcios. En esta sesión informativa se sentarán las bases de la mediación para que las partes decidan si desean continuar por esta vía o quieren acudir a la judicial.
Ventajas de la mediación
La primera ventaja con la que nos encontramos es con la celeridad con la que será resuelto un conflicto que, por la vía judicial, puede prolongarse meses o incluso años.
Igualmente, cuanto más ágil y rápido quede resuelto un conflicto familiar, más económico resultará a las dos partes que en ocasiones se ven inmersas en procesos judiciales tan largos como costosos.
Y por último, si existen tensiones familiares graves, la vía judicial no suele hacer más que incrementarlas. En muchos casos, la resolución judicial tiene como resultado una sentencia desfavorable para una de las dos partes que puede decidir incumplirla, agravando la tensión y dando pie a una espiral de procesos judiciales. Con la mediación se busca el diálogo y lograr un acuerdo que relaje las tensiones, facilite el entendimiento futuro y repercuta de manera positiva, especialmente si se trata de un divorcio con hijos menores.
Es importante destacar que la labor del juez resulta fundamental al ser la figura en la que recae el peso de la mediación y el deber de impulsar el acuerdo.
Si en tu proceso de divorcio te ofrecen la posibilidad de recurrir a esta vía, te aconsejamos que te acojas a ella pero siempre con el asesoramiento de tus abogados, que deberán acompañarte a las sesiones de la mediación para velar por tus intereses y darte respaldo legal. Para ello, puedes contar como siempre con el equipo de Abogados Divorcio Express.