Cuándo surge un conflicto de intereses en la representación legal

A la hora de contratar un bufete de abogados de divorcios en Madrid, o con cualquier otra especialidad, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones fundamentales. Obviamente, es recomendable asegurarse de que el letrado que va a defender nuestros intereses sea un profesional excelente, pero también, habrá que atender a que no se produzca un conflicto de intereses. Nos referimos a una determinada situación que puede alejar al letrado de las buenas prácticas, al atentar contra sus propios intereses. Si existen intereses enfrentados entre el cliente y el abogado, ya sea a nivel profesional o personal, será necesario buscar otro letrado para evitar problemas.

Conflicto de intereses en la representación legal

Ante todo, un buen jurista debe mostrarse imparcial y defender los derechos de su representado. No obstante, dicho factor puede verse alterado cuando el profesional cuenta con intereses enfrentados a los de su cliente. Es evidente que si, por ejemplo, un abogado de divorcios defiende a ambos cónyuges estará incurriendo en un conflicto de intereses. Aunque toda regla tiene su excepción y, en algunas ocasiones, esta situación puede tener lugar mediante el consentimiento por escrito de las partes implicadas en el proceso.

La legislación es clara en este sentido, cualquier letrado deberá informar a su cliente sobre cualquier cuestión que pueda influir en su defensa. Siendo, de obligada mención, cualquier interés enfrentado con los de su representado. La ética profesional establece que se trata de un problema de difícil solución, pero que siempre puede ser salvado cuando el cliente ha sido debidamente informado y da su consentimiento por escrito.

Desde Abogados Divorcio Express queremos destacar los principales motivos que pueden dar lugar a un conflicto de intereses:

  1. Representación de diferentes miembros en un litigio familiar, cuando los efectos de la representación legal pueden tener consecuencias negativas para un cliente anterior.
  2. Cuando el abogado ejerce de testigo en un caso que él mismo representa.
  3. Si el letrado tiene algún interés personal y a la vez se está produciendo una relación comercial con el cliente.
  4. Cuando se defienden dos clientes con casos diferentes, pero la resolución de uno de ellos puede tener consecuencias negativas para el otro.
  5. Si dos abogados de un mismo bufete representan a clientes enfrentados en un mismo caso.

Lo más habitual, cuando surge el temido conflicto de intereses, es que el letrado cese la defensa de ambos implicados para evitar revelar confidencias. De todos modos, cuando la información obtenida del último interesado no vaya a ser utilizada, el abogado podrá continuar con la representación de su cliente más antiguo.

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