La separación también puede ser contenciosa

La separación matrimonial siempre ha gozado de una connotación distinta al divorcio. Hace años, se trataba de un trámite obligatorio para alcanzar la disolución definitiva del matrimonio, de tal forma que las parejas se separaban para poder divorciarse. Y aquellas que no lo hacían por este motivo, lo hacían porque no tenían claro qué hacer con su matrimonio y preferían optar por una solución intermedia que aseguraba el fin de la convivencia pero no del vínculo marital.

Sin embargo, desde que la separación dejó de ser un paso previo indispensable para alcanzar el divorcio, es evidente que las parejas que recurren a ella suelen hacerlo como una medida temporal mientras la situación de su matrimonio se aclara. Es por ello que siempre se piensa en la separación como un proceso amistoso aunque no siempre tiene por qué ser así. De hecho, hoy nos gustaría hablarte de la separación contenciosa.

Separación contenciosa

En la mayoría de los casos en los que se llega a esta situación contenciosa es porque los cónyuges, que han decidido separarse de manera más o menos amistosa, no se ponen de acuerdo en aspectos que suelen estar relacionados con el uso de la vivienda familiar, la custodia de los hijos o la cuantía de la pensión de alimentos. Ante esta situación, será el Juez el que decida todas esas cuestiones que los cónyuges no son capaces de acordar mediante un convenio regulador.

Es importante mencionar que la separación contenciosa, igual que ocurre con el divorcio, da lugar a un proceso más desagradable, que se prolonga más en el tiempo y que supone mayores costes para las dos partes implicadas. Todo ello, mientras aumentan los conflictos emocionales, algo que enrarece la situación y, en muchos casos, la hace abocada al divorcio definitivo.

No podemos olvidar que, como decíamos al comienzo de este post, siendo la separación un paso no obligatorio para divorciarse, cabe esperar cierta voluntad de entendimiento entre los cónyuges cuando estos optan por esta fórmula y no acuden directamente a tramitar su ruptura definitiva. Que no sean capaces de llegar a acuerdos básicos durante este “periodo de reflexión en el que solo se rompe la convivencia” no es precisamente una buena señal. De hecho, desde la última reforma legislativa en materia de divorcio (Ley 15/2005 de 8 de julio), si el cónyuge demandante en una separación contenciosa recibe por contestación una demanda de divorcio, el Juez lo concederá.

Cómo se desarrolla el proceso

Cuando la separación es contenciosa, una de las partes debe presentar la demanda de separación con los mismos documentos que presentaría en una de mutuo acuerdo, a excepción del convenio regulador. A partir de ese momento, el otro cónyuge debe contestar a esa demanda por escrito.

Tras este primer trámite, el Juez citará a las dos partes a una vista y si uno de los cónyuges no se persona, se entenderá que admite los hechos alegados por la otra parte. Si comparecen los dos, se oirán las dos partes, se admitirá la presentación de pruebas y se entrevistará a los niños menores (los que tengan, al menos, 12 años al considerarse una edad suficiente para tener capacidad de juicio).

Una vez celebrada la vista, el Juez dictará sentencia en forma de convenio regulador, un documento que sentará las bases de las relación de los separados y servirá para poner fin a los desacuerdos causados por algunas cuestiones como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión de alimentos…

Como ves, cuando se producen estas situaciones, el proceso de separación no difiere mucho del de divorcio, de ahí que sea necesario ponerse en manos de abogados especializados en separaciones matrimoniales de mutuo acuerdo y contenciosas. En Abogados Divorcio Express te espera un equipo de letrados con gran experiencia, dispuestos a asesorarte para conseguir lo más conveniente para ti y tus hijos.

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