Como abogados de divorcios en Madrid somos perfectamente conscientes de que no todas las personas encaran la situación con la misma seguridad. No en todos los casos el divorcio se deriva de una relación dañina sino que, en ocasiones, sigue habiendo mucho afecto entre las partes aunque no se quiera seguir con el matrimonio. ¿Cómo tomar entonces la decisión?
¿Estás seguro de que quieres el divorcio?
Si antes de casarse, hay que sopesar una serie de cuestiones, antes de divorciarse, también. Lo que pasa es que, muchas veces, cuando se pone sobre la mesa la posibilidad de un divorcio, los cónyuges ya están mentalmente estresados y sin ganas para hacerse preguntas. Muchas veces, antes de contactar con Abogados Divorcio Express puede ser recomendable hacer lo propio con un terapeuta familiar. Entre otras cosas, puede ayudar a las partes a:
- Detectar qué les molesta de la relación
- Comprobar si las expectativas sobre el matrimonio son las mismas
- Averiguar si hay alguna forma de salvar el matrimonio
- Saber si se sería más feliz sin esa pareja o con otra
- Preguntarse a uno mismo si sigue habiendo amor
Una vez que se toma la decisión de disolver una unión matrimonial, hay que manejar la situación para minimizar el daño a los hijos. Ahí es donde puede ser útil, además de un abogado, un mediador especialista en cuestiones familiares.
A veces, darse cuenta de que el divorcio es la mejor opción genera en ciertas personas cierta sensación de fracaso. En estos casos, lo mejor es encarar la situación de manera que nos empodere más. Los escenarios cambian y, aunque hace años fuese una buena idea compartir la vida con determinada persona, puede ya no serlo.
Otra de las razones que pueden echar para atrás a las parejas son los temas económicos que conlleva un divorcio. Es recomendable hablar cuanto antes con un consultor financiero y con tus abogados para saber cuánto va a costar el proceso. Otras personas dudan si podrán hacerse cargo, después del divorcio, de tareas diarias que asumía su cónyuge. En esos casos, muchas personas se dan cuenta de que el reparto justo de quehaceres no era una realidad en su matrimonio.
