Según el artículo 379.2 del Código Penal una persona atenta contra la seguridad vial si condujera un vehículo con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 mg por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1.2 gr por litro; por lo tanto, puede ser llevado a juicio rápido por el delito de alcoholemia.
Detección del delito de alcoholemia
El procedimiento más común utilizado para la detección del delito de alcoholemia es la realización de controles policiales en puntos determinados por las autoridades, con el fin de verificar que los conductores no superen el límite legal de alcohol en su organismo. Amparados por la Ley de Seguridad Ciudadana se determina la obligatoriedad de sometimiento por parte de quien sea requerido.
En caso de oponerse, el conductor estaría incurriendo en un delito que puede ser sancionado con penas privativas de la libertad y con la retirada del carné de conducción incluso hasta por 4 años. Lo que si puede suceder, es que el conductor reclame una prueba alternativa si no está de acuerdo con el resultado.
Es importante tener en cuenta que cuando un conductor supera la tasa de alcohol permitida, puede llegar a ser detenido y pueden tomarle su declaración. Incluso podrían inmovilizar su automóvil y mantenerlo requerido bajo custodia hasta que disminuya la tasa de alcohol.
¿Cómo funciona el juicio rápido por alcoholemia?
El juicio rápido por alcoholemia se realiza con una citación a comparecencia en un plazo de cinco días después de la realización de la prueba notificando el día, la hora y el jugado al que debe acudir. Posteriormente se procede a la lectura de derechos al conductor y la comprobación de sus antecedentes penales.
Nuestra principal sugerencia, es contar con el soporte legal de un abogado especializado en juicios rápidos, para una defensa jurídica completa y eficaz. El primer paso siempre es la exigencia de comprobación de la tasa de alcohol de la prueba realizada en su momento y validar que realmente excede los límites legales.
Así mismo se debe comprobar que el etilómetro, es decir, el instrumento de medición utilizado para el análisis de la prueba cumple con las condiciones técnicas y se encuentra homologado.
Cuando no es posible impugnar la prueba y no hay posibilidad de exculpar al conductor, la defensa cambia su estrategia legal. Normalmente se recurre al reconocimiento de la culpa para buscar un acuerdo con la fiscalía y optar por reducción hasta de un tercio de la pena a través de una sentencia de conformidad.
Lo único que no es posible evitar, es el retiro del carné de conducir al menos durante 9 meses y tampoco la anotación de esta condena en los antecedentes penales del conductor. Además, si por su conducción bajo los efectos de alcohol se provocó algún accidente tiene que asumir la responsabilidad civil frente a lo ocurrido.
Si el acusado no se presenta en el lugar, fecha y hora programados; el juez puede celebrar el juicio en su ausencia, lo cual puede culminar con condenas elevadas.