Cuando dos personas se casan, se forma una sociedad conyugal que implica que ambos cónyuges deben compartir los bienes producto de esa unión a partes iguales. Sin embargo, no siempre están de acuerdo con esa idea. Por eso, cada vez son más las parejas que definen la administración de bienes antes del matrimonio, y lo hacen mediante las capitulaciones. Se trata de convenios que establecen los futuros cónyuges con el fin de separar adecuadamente sus propiedades en la sociedad conyugal. Como despacho de abogados de divorcio, vemos cómo esta tendencia se ha convertido en una excelente opción para muchas parejas. Pero… ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de hacer las capitulaciones matrimoniales?
Aspectos clave para hacer las capitulaciones matrimoniales
Para realizar las capitulaciones matrimoniales, es necesario tener en cuenta algunos aspectos clave:
- Inventario de bienes: hay que hacer un listado de todos los bienes que se desea excluir de esa sociedad patrimonial una vez contraído matrimonio. También es válido para las parejas de hecho. Es muy importante que el inventario sea lo más detallado posible y con el valor real de cada elemento.
- Ambas partes deben estar completamente de acuerdo para poder firmar las capitulaciones, y deben ser conscientes de lo que implica esa exclusión de determinados bienes de la sociedad conyugal.
- Una vez hecho el inventario y estando ambos cónyuges de acuerdo para firmar las capitulaciones matrimoniales, el siguiente paso es acudir a una notaría. Es la manera de establecer valor al documento mediante escritura pública.
En Divorcio Express creemos que, aunque no se trata de un trámite que sea necesario llevar a cabo con un abogado, lo ideal es buscar asesoramiento en un despacho de abogados de divorcio para entender cómo funcionan las capitulaciones, así como para ayudar a redactar las mismas.
Por último, cabe recordar, que las capitulaciones pueden realizarse tanto sobre los bienes pasados, como sobre todos los que se adquieran en un futuro. Además, se pueden modificar, adicionar o revocar siempre que no se haya celebrado el matrimonio.